lunes, 9 de junio de 2014

¡Qué bien que llega el Mundial!



Nos gusta el fútbol. Es así. Pero ¿por qué?

Pues, tal vez, porque no hace falta tener unas cualidades físicas específicas para practicarlo (ahí están Xavi Hernández y Nikola Zigic…).

 
Porque se puede practicar casi en cualquier parte (una farola y la pared de enfrente, dos piedras de distinto tamaño, unas botellas rellenas de arena o las sudaderas arrebujadas sirven como postes).



Porque no hace falta ser un genio para entenderlo (aunque haya quien siga preguntando qué es un fuera de juego).

 
Porque nos pone a todos al mismo nivel (da igual si llevas traje o mono, vas a gritar al árbitro durante el partido).

 
Porque ayuda a eliminar tensión (cuando gana tu equipo te da un subidón que parece que el gol de la victoria lo has marcado tú).

  
Porque cuando te produce desilusiones te acerca más a tus compañeros de equipo (y al perder te abrazas al de al lado como que fueseis hermanos).

  
Porque da pequeñas alegrías (cuando gana tu equipo te da un subidón que parece que el gol de la victoria lo has marcado tú)… (Esto ya lo habíamos dicho, ¿no? Es igual…)


 
Porque cuando tu selección viaja al Mundial de Brasil 2014 puede cobrar una prima de 720.000€ si gana (o lo que es lo mismo, más del doble de lo que ganaría la selección anfitriona), de 360.000€ si llega al subcampeonato, de 180.000€ por semifinales, de 120.000€ por octavos y de 60.000€ por cuartos… ¡por jugador convocado! ¡Y sin contar los gastos del avión tuneado y los de alojamiento!


  ¡Y sale de nuestro bolsillo!


 
Porque cuando la cadena pública retransmite los partidos se gasta una media de 42.000€ por minuto de emisión.

  
Porque es el deporte rey y, aunque se pidan referéndums, hay algunos a los que nunca se destrona.


Pero da igual, nos gusta el fútbol.

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