Hemos
estado pensando que, tal vez, no encontramos trabajo porque tenemos unas miras
muy cerradas…
Es
decir que, bueno, nos hemos conformado con buscar entre las opciones habituales
y no hemos ahondado en el universo laboral lo suficiente como para encontrar
vías alternativas.
Quién
sabe, a lo mejor existen industrias que buscan personal desesperadamente, pero
no hemos dado con ellas porque pecamos de demasiado tradicionales. Nos hemos
puesto a pensar y se nos han ocurrido unas cuantas ideas.
Por
ejemplo, Abscisa, que es de hacer poco ejercicio, podría presentarse como
modelo de “antes”. O sea, posar con su tripa fláccida para representar el
antes, y que otra se curre los abdominales con la máquina de turno para ser el
“después”.
Ordenada,
por ejemplo, que ha pasado una temporada en Alemania, podría postularse como
“catadora de cervezas” y decirle al mundo cuál es más sabrosa y refrescante, si
la Mahou o la Augustiner Hell.
También
se nos ha ocurrido que, si nos compramos un vestido llenito de lentejuelas o
flecos, podemos lucir sonrisa y ejercer como ayudantes de un mago. O comprarnos
un disfraz de animal, colocarle encima una camiseta de algún equipo y trabajar
como mascotas para un club deportivo.
Y
otro más que, como no nos demos prisa, nos lo van quitar de las manos: probador
de preservativos. Sobran las explicaciones.
Uno
que podría ser curioso es el de diseñador de ropa para muñecas (¿os imagináis
pasarse el día dibujando modelitos para la Barbie y conseguir que no vaya de
rosa?).
Y el
último que se nos ha pasado por la cabeza es el de plañidera. Hoy en día no se
lleva, pero cobrar por llorar en actos públicos o privados tiene que ser muy
fácil. Total, con los tiempos que corren, ¿a quién no se le ha escapado una
lágrima al ver las noticias?
Ahora,
solo hay que investigar dónde dejar el currículum y sentarnos a esperar las
entrevistas.