Los
que hemos tenido la suerte de ser estudiantes o trabajadores antes de 2008
sabemos lo que es “salir de fiesta”: ponerse guapete, pintarse el ojo,
arreglarse la perilla, gomina aquí, horquilla allá, quedar con los colegas en
el bar, pedir una copa, petarlo con el temazo de turno y acabar, no sabiendo
muy bien cómo, en un Kebab comiendo un durum o en el típico garito de toda la
vida (de esos con el cartel de Coca-Cola o Mahou colgando sobre la entrada)
mojando churros en un chocolate calentito a las seis de la mañana. Si la
echabas un poco más larga, llegabas con el pan recién hecho a casa.
¿Y
por qué no? Si te la pasabas estudiando como un loco o trabajando como un mulo
de lunes a viernes, el sábado era para disfrutar… ¿Pero ahora? A ver quién es
el guapo que se atreve a gastarse 20€ en copas, en pizzas o en una entrada a
una discoteca…
¡No
alarmarse! ¡Os traemos la solución!
Sí,
amigos, porque aunque echéis de menos los tiempos pasados, hay que hacer de
tripas corazón y descubrir nuevas formas de entretenerse para no pensar en la
crisis.
Aquí
os dejamos ni una, ni dos, ni tres, ¡sino diez!
1. Desenterrad
el parchís. Puede que en vez de jugar con cuatro fichas rojas, cuatro verdes,
cuatro azules y cuatro amarillas tengáis que reclutar algún céntimo, botón o
tapadera de bolígrafo, pero la satisfacción de contarse 20… ¡ah! Eso no se paga
con dinero.
2. Dadle
la vuelta al tablero ¡y jugad a La Oca! Dos por el precio de uno, ¿alguien da
más? Este trepidante juego es idéntico a una salida nocturna: vas de oca en oca
como de bar en bar, te dejas llevar por la corriente, si te descuidas puedes
caer en un pozo y, como te pases un pelo ¡puedes acabar en la cárcel! ¡Guau!
3. Recuperad
el Tetris. Seguro que en algún cajón (porque las madres lo guardan todo),
perdida y sin ver la luz desde hace siglos, está vuestra antigua máquina de
Tetris. Si la encontráis, no os harán falta ni amigos.
4. Salid
a dar de comer a las palomas. Esto es solo recomendable cuando hace buen
tiempo. Quedad con los amigotes, traed cada uno pan duro de vuestra casa y
coged un buen banco en el parque. Las horas se os pasarán volando.
5. Montad
timbas de mus, tute o cinquillo. Diversión asegurada. Y si os veis con suerte
esa noche, atreveos con las 7 y media. Seguro que tenéis un kilo de garbanzos o
lentejas para hacer apuestas.
6. Haced
sesiones de cine en casa. Escoged una peli del año de la Tarara (si para ello
necesitáis desempolvar el vídeo y rescatar los VHS, mejor), que haga mil años
que no veis y así tendréis la sensación de que estáis en un estreno. Si os
rascáis el bolsillo un poco, podréis comprar unas palomitas para que la
experiencia sea completa.
7. Recordad
viejos e inocentes tiempos saltándoos a un cementerio para hacer una ouija. Con
llevar un folio, un boli (o lápiz…), un vaso transparente y saberse el
abecedario lo tendréis hecho. Para hacer esto, poneos ropa cómoda y zapatillas
deportivas. Acordaos de que ya no sois tan jóvenes y que, si os pilla la poli,
hay que correr.
8. Jugad
a la botella. En casa siempre hay botellas: de vino para cocinar, de refresco,
de aceite… Hacedla girar y repartid besitos. Será lo más parecido a pillar
cacho en una discoteca.
9. Reuníos
en un portal, un banco, una plaza… Poned un poco de música (con la del móvil está
bien) y cread ambiente para charlar.
10. Haced
una “cena de traje”. Que cada uno se encargue de algo para que, cuando estéis
juntos, podáis decir: “yo traje la tortilla” o “yo traje los sándwiches de
chóped”.
No os
riáis, porque cuando no teníais edad ni de beber, ni de salir, ni de
trasnochar, también os divertíais, ¿no? Pues eso…