Hola,
Ordenada:
¿Sabes
qué? Esta noche he tenido una pesadilla horrible. He soñado que era una
autónoma de tres al cuarto, con ingresos esporádicos que no alcanzaban el
salario mínimo interprofesional ni a lo largo de un trimestre, y que mi chico
tenía un contrato de tres meses. Entonces, una noche, queriéndonos en la
intimidad de nuestro lecho, se nos rompía el preservativo y yo me quedaba
embarazada.
¡Qué
horror! ¡Qué miedo he pasado! Resulta que en mi sueño, como no me habían
violado y mi estrés y desesperación por la situación no se consideraban daño
psíquico en la madre, ¡no podía abortar!
La
cosa se iba poniendo cada vez peor porque, con nuestra situación, y viviendo en
Madrid, no teníamos forma de hacer frente a los gastos. Además, nuestras
familias no podían ayudarnos (por un lado había una pareja de jubilados y por
otro una familia de cinco viviendo con un solo sueldo precario)…
Al
final, en el momento álgido, cuando tenía que dar a luz, me despertaba. Qué
sudores fríos…
Lo
peor de todo es que, cuando he recuperado la consciencia y me he dado cuenta de
dónde estaba, he caído en la cuenta de que todo era verdad.
No
estoy embarazada, pero los anticonceptivos fallan, la situación económica de mi
sueño es real y el Gobierno, gracias a Gallardón, ha decidido que no tengo
potestad sobre mi propio cuerpo. Es decir, que de momento estoy a salvo, pero,
desgraciadamente, mi sueño podría hacerse realidad.
¿Quiénes
son ellos para prohibirnos tales cosas? ¿Qué dios se les ha aparecido y les ha
dado el poder suficiente como para decidir este tipo de leyes? ¿Qué sociedad
pretenden crear?
En
medio de mi indignación he recordado el libro de La Celestina, ¿te acuerdas de
él? Se supone que ese personaje se ganaba la vida como hechicera, alcahueta, maestra de hacer cosméticos y
de reparar virgos… Y practicando abortos clandestinos.
Puede sonar exagerado, pero, con la situación actual
de muchas familias (y parejas jóvenes), ¿no es plausible pensar que habrá quien
recurra a la clandestinidad, a viajar a otros países dónde sí es legal el
aborto, o quién sabe qué, para librarse de la carga que nos ha impuesto el
ministro de Justicia?